Los Scones: Un Bocado de Historia
¿Quién puede resistirse a la tentación de un scone recién horneado? Su textura suave y su sabor ligeramente dulce los convierten en un acompañamiento perfecto para el té. Pero, ¿sabías que estos deliciosos panecillos tienen una historia fascinante?
Raíces Escocesas
Los scones tienen sus orígenes en Escocia, donde se elaboraban tradicionalmente con harina de avena, centeno o trigo. Se dice que su nombre proviene de la palabra escocesa "skone", que significa "piedra". Algunos historiadores sugieren que esta denominación se debe a que los primeros scones se cocían sobre una piedra plana, mientras que otros relacionan el nombre con la "Piedra del Destino", un objeto de gran importancia histórica en Escocia.
Una Receta que Traspasó Fronteras
A lo largo de los siglos, los scones se popularizaron en todo el Reino Unido y más allá, convirtiéndose en un clásico de la hora del té. Su versatilidad permitió la creación de innumerables variaciones, desde los scones tradicionales con pasas hasta las versiones más modernas con frutas y especias.
¿Qué hace a los scones tan especiales?
- Ingredientes simples: Harina, leche, mantequilla y levadura son los ingredientes básicos que se combinan para crear esta delicia.
- Versatilidad: Los scones pueden ser dulces o salados, y se adaptan a cualquier ocasión.
- Fáciles de preparar: Aunque requieren un poco de técnica,
El rey de Inglaterra, Eduardo I, deseoso de la posesión de la piedra divina, organizó una contienda para conquistar Escocia y apropiarse de la misma. Tiempo después, la roca llegó a la Abadía de Westminster en Londres y se mantuvo en secreto.
Un joven repostero refugiado en la Abadía de Scone recordó aquella tan codiciada piedra y con nostalgia rememoró los bollos de pan que se hacían en su casa durante los años de guerra.
A partir de allí comenzó a elaborar unos panecillos amorfos que visualmente no fueron del agrado de los monjes, pero al probarlos quedaron fascinados.
Estos panes fueron rápidamente distribuidos por el pueblo, lo cual ayudó a calmar el hambre de los más empobrecidos. Este nuevo panecillo, que nació a partir del recuerdo de la roca divina, se llamó scone.
- 260 g. de harina de trigo media fuerza o panificable (contenido en proteína entre 10 -11 g)
- 10 g. levadura química o impulsor
- ¼ cdita. sal (una pizca de sal o 5 gramos)
- 75 g. de azúcar
- 75 g. de mantequilla sin sal
- 1 huevo M
- 1 cdita. extracto de vainilla
- 120 ml. de leche entera
- PREPARACION:
- En un bol mezclamos los ingredientes secos, la harina, le levadura, la sal y el azúcar. Cortamos la mantequilla en daditos pequeños. Ha de estar muy fría, directamente del frigo.
- Añadimos la mantequilla al bol de la harina y, con un tenedor, o la punta de los dedos, integramos la mantequilla hasta que nos quede reducida a una especie de arena. Es importante que no calentemos la mantequilla al manipularla intentando que no se derrita. Por eso os aconsejo que empleéis el tenedor para integrarla, las manos lo menos posible.
- En un bol batimos el huevo y añadimos la leche, mezclamos bien. Cuando la mantequilla está totalmente integrada, hacemos un hueco y añadimos el líquido. Con el tenedor mezclamos hasta que se vaya humedeciendo toda la masa. En este punto formamos una bola con las manos, compactando la masa pero manipulándola lo menos posible.
- En harinamos una superficie de trabajo y volvamos la masa encima. Con las manos y sin amasar, compactamos la masa y formamos un rectángulo de un espesor de unos 2 cm.
- Damos un par de pasadas con el rodillo para homogeneizar la superficie. Procedemos a cortar los scones con la ayuda de un cortante de un diámetro de 5 o 6 cm. Es importante que enharinemos el cortante empleado en cada uno de los cortes, para evitar que se pegue la masa por los laterales y dificulte que suban en el horneado.
- Vamos colocando los scones boca abajo sobre un papel de horno o sulfurizado en la bandeja de horno y pintamos con leche. Con el horno previamente caliente a 200º C con calor por arriba y por abajo, sin aire. Horneamos durante 15 minutos, hasta que estén ligeramente dorados. Retiramos a una rejilla hasta que se hayan enfriado antes de consumirlos.


Comentarios
Publicar un comentario